viernes, 12 de mayo de 2023

MEMORIAS DE UN LOBO

¿Alguna vez has escuchado el aullido de un lobo? Seguramente has escuchado varios de los motivos que tienen para hacerlo: llamar a su manada, a su pareja, marcar territorio, etc. Sin embargo, un lobo solitario también tiene razones para aullar a pesar de que no tenga a nadie que lo escuche, ¿por qué?


Lobo aullando. Fuente: Fundación Carlos Slim, 2016.

El lobo gris mexicano (Canis lupus baileyi) es una de las subespecies del lobo gris, nativo de Norteamérica. Se caracteriza por ser la de menor tamaño, midiendo entre 130 y 180 cm del hocico a la cola; el macho tiene un peso promedio de 33 kg, mientras que el de las hembras es de 27 kg. Habitaba desde la zona sur y centro de Estados Unidos (en los estados de Texas, Nuevo México y Arizona), hasta la zona norte de México (en los estados de Sonora, Chihuahua y parte de Coahuila) extendiéndose al sur por medio de la Sierra Madre Occidental [1].

Subespecies del Lobo Gris (Canis lupus). Fuente: José R. Castelló, 2018.


Actualmente la mayor parte de su población se encuentra en zoológicos y centros de conservación.

El Sr. Loberto fue uno de ellos. Vivió gran parte de su vida en cautiverio, donde el estimado de vida de estos animales es de 15 años en total. En comparación, los lobos en libertad viven entre 7 y 8 años [1], muy pocos mueren de causas naturales. Consecuencia directa de la ignorancia del ser humano. Que decidió no escuchar el aullido de este animal.

El lobo gris mexicano. “Un depredador, una plaga, un monstruo”.

Fueron muchas las ofensas arrojadas con miedo hacia esta subespecie. El lobo gris mexicano sufrió una de las más tristes consecuencias a las que se puede enfrentar un animal incomprendido por el ser humano: la cacería.

La primera vez que hablé con el Sr. Loberto no pude evitar sentir algo de lástima por él. Había vivido toda su vida en cautiverio: nacido y criado en el Zoológico San Juan de Aragón. Pero eso no le quitaba la nostalgia de una vida que no le tocó vivir y que había saboreado a través de los relatos de sus padres, no muchos años atrás cuando los lobos aún corrían por los bosques en libertad.

– Cuando yo era joven, cada luna llena mi padre relataba la misma historia que a él le había contado su padre de sus antepasados. Era una historia de terror – decía el Sr. Loberto.

Lobos cazados de uno por uno, perseguidos por la policía y por ganaderos al punto de casi desaparecer… Con campañas de erradicación en Estados Unidos y México, que empezaron a mediados del siglo XX, para los años 70’s el lobo gris mexicano ya era considerado extinto en vida silvestre [2]. Pero no todo acabó ahí.

Lobos capturados en las campañas de erradicación. Fuente: PBS

Fue en 1987 que los zoológicos de San Juan de Aragón y Chapultepec en México, en conjunto con otros zoológicos e instituciones en Estados Unidos, empezaron el programa binacional de conservación del lobo gris mexicano [3]. Recolectando a los últimos ejemplares que se encontraban en libertad, buscando la reproducción segura de la subespecie.

Y algo que el señor Loberto no sabía, es que su propio nacimiento, así como el de muchas otras camadas, significó una luz de esperanza al final del túnel.

Cachorros de lobo gris mexicano que nacieron en el Zoológico de Chapultepec. Fuente: Gobierno de la Ciudad de México.

Fue después de muchas charlas con él que me di cuenta que al señor Loberto se le daba muy bien el arte del dramatismo. Así me lo confirmó uno de sus primos del norte, Mr. Greystone, perteneciente a otra subespecie del lobo gris: Canis lupus occidentalis. Nació en Wyoming, en el parque nacional de Yellowstone. Los lobos nativos en la región de las Montañas Rocosas de los Estados Unidos tuvieron una historia similar a la del señor Loberto. Incomprendidos, cazados y envenenados deliberadamente por los humanos hasta que en 1923 la última guarida de lobos fue destruida y para 1926 los últimos cachorros de lobo fueron atrapados y asesinados. Manadas de lobos no volvieron a estar presentes en el parque, y los pocos avistamientos que se tenían de lobos solitarios o en parejas eran considerados “probables” [4].

Cuando el lobo desapareció en Yellowstone, una de las cosas que los habitantes de esa zona no tomaron en cuenta fue el gran impacto que tendría su desaparición en el ecosistema.

La población de ciervos (Cervus elaphus) en el parque había aumentado considerablemente debido a la falta de depredadores, al punto de que su alimentación alteró la vegetación, particularmente a especies de árboles como el álamo temblón (Populus tremuloides) y a los sauces (Salix spp.) (Ripple et al, 2012). Lo que causó que las autoridades del parque autorizaran su cacería y sacrificio para contener su población, pero solo era una solución temporal. Preocupados por la erosión y la drástica disminución de especies de árboles nativos, se motivó la reintroducción de manadas del lobo gris al parque de Yellowstone en 1995.

– Fue a comienzos de ese año que se soltó al primer grupo de lobos, y para el 96 ya había 31 lobos reubicados en el parque, – dijo Mr. Graystone con emoción en su voz [6]. Él había escuchado y relatado esta historia cientos de veces. Era su favorita. – Algunos años después se empezaron a ver los cambios. ¡Era increíble! Todo gracias a los efectos de la… ¿cómo se le dice? ¿Cascada… cascada tro… cascada qué?

Cascada trófica es lo que se refiere Mr. Graystone. No una cascada de verdad, pero con efectos tan impresionantes que parece que te han bañado con un chorro de agua fría.

Este fenómeno que se presentó en el parque de Yellowstone con la reintroducción del lobo gris se pudo observar en la disminución de la población de ciervos y el restablecimiento de los árboles nativos. Estos efectos en la cadena trófica que a su vez alteraron el ecosistema en donde se encuentran, presentaron la posibilidad de que esto podría ocurrir en otras áreas y la importancia de la recuperación del lobo gris para la conservación de ecosistemas [5].

Los lobos mantienen el balance en Yellowstone. Fuente: Earthjustice

Algo similar podría ocurrir en el norte de México.

– Yo le decía que se calmara – dijo Mr. Greystone con tono de exasperación en su voz. – En mi caso, la reintroducción de manadas de lobos al parque de Yellowstone fue un éxito. Controlamos la población de alces y ciervos, generamos una mayor competencia entre el resto de los depredadores, incluso la vegetación que se había afectada por los herbívoros pudo recuperarse. Lo mismo puede pasar en México si la reintroducción es exitosa.

– Pero la reintroducción en México empezó de manera desastrosa – refunfuñó el Sr. Loberto en respuesta. – En el 2011 se liberaron a cinco lobos, yo conocía a algunos de ellos. Antes de que se cumplieran dos meses desde su liberación, cuatro de ellos habían sido envenenados. La única que sobrevivió tuvo que escapar de la zona y poco tiempo después se perdió su señal, nunca se volvió a saber de ella [2].

– Está bien… La reintroducción empezó mal aquí. ¡Pero ha mejorado! – Mr. Greystone era el más optimista de los dos. – En el 2014 nació la primera camada en vida libre. Cinco cachorros en total. Eso es algo bueno [2].

– Sí, pero todas las muertes de los lobos que fueron liberados en ese tiempo fueron provocadas por los humanos que habitaban en la zona. Envenenados, balaceados, atropellados…

– A veces parece que solo recuerdas ciertas cosas para hacerte sentir peor.

Es verdad que el comienzo fue difícil. Algunos factores que no se tomaron en cuenta durante su liberación fue la imagen pública que estos animales tenían en la población.

– Cuando los lobos se acercaban a los pueblos los niños gritaban, las mujeres rezaban y los ganaderos preparaban sus armas. – El señor Loberto dijo con aire sombrío. – Se había exagerado tanto el impacto que teníamos sobre el ganado debido a la depredación, supongo que era más fácil matarnos si creían que estaban haciendo algo bueno [7].

Fue en 1976 que se implementó el Plan de Recuperación del Lobo Mexicano, donde Estados Unidos y México tienen como objetivo la reproducción saludable y numerosa de lobos en cautiverio, para así sostener la reintroducción de la subespecie y mantener la población en vida silvestre [7]. El programa sigue siendo exitoso al día de hoy, pero todavía hay mucho por hacer.

– ¡Pero ya se han realizado liberaciones en el noroeste de Chihuahua de manera exitosa entre el 2012 y 2014! Incluso dos parejas lograron establecerse cómodamente ahí. Dicen que la Reserva de la Biósfera Janos y el Área de Protección de Flora y Fauna Campo Verde son un buen lugar para empezar una familia, me encantaría visitarlos algún día – comentó con admiración Mr. Graystone [8].

– ¿Cómo es que sabes tanto sobre los programas de reintroducción del lobo gris mexicano? – preguntó el señor Loberto, confundido.

– No tengo hijos, pero sí mucho tiempo libre.

Cuando los lobos son reintroducidos a la vida libre, se les coloca un collar de localización para monitorearlos. Fuente: UAQ - Itzeni, A. C.

Era verdad todo lo que mencionaba Mr. Greystone. Grandes avances se habían realizado en cuanto a la liberación en vida silvestre del lobo mexicano. Ahora parte de los protocolos buscan involucrar a las comunidades de ganaderos cercanas a las zonas de reintroducción, dándoles información sobre toda la historia e importancia que esta subespecie tiene en el ecosistema [7].

– No somos tan malos como parece, - mencionó el señor Loberto. – Hacemos lo que dictan nuestros instintos, como…

– Muchas veces nuestros instintos nos piden que matemos una o dos vacas de vez en cuando. – Interrumpió Mr. Graystone.

La liberación de los lobos toma muy en cuenta estos instintos antes de dejarlos en libertad. Desde reducir la interacción entre el ser humano y los lobos en cautiverio, para evitar que sigan asociando la presencia de seres humanos con alimento. Hasta llevar evaluaciones de conducta en los lobos previo a ser liberados [9].

– Dentro de poco entraré al protocolo de rehabilitación para mi liberación, espero que las cosas sean mejores de ahora en adelante, aunque ya no pueda verte – me confesó el señor Loberto al final de nuestra conversación, después de que Mr. Graystone se haya retirado para comenzar su viaje de regreso al parque de Yellowstone.

Lo último que supe sobre el señor Loberto antes de su liberación fue que tenía buena salud, estaba cortejando a una bella loba y continuaba intercambiando cartas con Mr. Greystone cada vez que recordaba a su primo del norte. Ahora se encuentra en algún lugar de la Sierra Madre Occidental, su collar de localización nos lo señala así.

Lobo gris mexicano en el claro de un bosque. Fuente: Claudio Contreras

¿Cómo estará ahora? ¿Qué efectos está teniendo su retorno al ecosistema en el norte de México?

Esa es una historia para otro día.

FIN

 

Autoras:

  • Paloma Fernanda Romero Mendoza
  • Elizabeth Devani Partido Guillén
  • Carolina Guadalupe Aldana Barboza

Revisión y Edición: Eréndira Canales-Gómez

Informate más con estas infografías:

Liberaciones del Lobo Mexicano. Fuente: WWF.


Lobo Mexicano, qué se necesita para que regrese. Fuente: WWF.


Literatura citada:

  1. Álvarez, R., González, R., Yánez, L., & Armella, M. (2003). Historia, biología y conservación de un símbolo olvidado de México: El lobo gris mexicano. Contactos, 48, 49-55.
  2. Lara-Díaz, N. E., López-González, C. A., Coronel-Arellano, H., & Cruz-Romo, J. L. (2015). Nacidos libres: en el camino a la recuperación del lobo mexicano. Biodiversitas, 119, 1-6.
  3. SEDEMA. (2019, diciembre 15). Zoológico San Juan de Aragón, clave en el rescate del lobo mexicano. Secretaría del Medio Ambiente. https://www.sedema.cdmx.gob.mx/comunicacion/nota/zoologico-san-juan-de-aragon-clave-en-el-rescate-del-lobo-mexicano
  4. Weaver, J. (1978). The wolves of Yellowstone (No. 14). Department of the Interior, National Park Service.
  5. Ripple, W. J., & Beschta, R. L. (2012). Trophic cascades in Yellowstone: the first 15 years after wolf reintroduction. Biological Conservation, 145(1), 205-213.
  6. Peglar, T. (2022). 1995 Reintroduction of Wolves in Yellowstone. Yellowstone National Park. https://www.yellowstonepark.com/park/conservation/yellowstone-wolves-reintroduction/
  7. CONANP. 2009. Programa de Acción para la Conservación de la Especie: lobo gris mexicano (Canis lupus baileyi), México, Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales/Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas.
  8. González, C. A. L., Díaz, N. E. L., García-Chávez, C., Mora, F., Carrilo, C. A. M., Astorga-Domínguez, M., ... & Romo, C. 2015. RECUPERANDO AL LOBO MEXICANO (Canis lupus baileyi) EN EL NORTE DE MÉXICO.
  9. López-González, C. A., N. E. Lara-Díaz, R. A. Wolf Webels, C. García-Chávez, A. D. Díaz de la VegaMartínez, H. Monroy Jacobo, R. List, M. A. Armella-Villalpando, J. Frieventh-Mondragón, M. A. Pérez-Rodríguez, A. B. Gálvez-Sarmiento, F. J. Armenta-Nieblas, S. Jiménez-Lezama, A. RomoCervantes, A. Narváez-Casillas, M. de la Fuente-Galicia, M. Dwire, M. Kreutzian, C. Gardner, y C. Wiese. 2018. Protocolo de rehabilitación de ejemplares de Lobo Mexicano (Canis lupus baileyi) en México. Universidad Autónoma de Querétaro. Soluciones Ambientales ITZENI AC, Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas. 26 pp.


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