martes, 30 de junio de 2020

¿Por qué debemos conservar y proteger nuestros bosques de ribera? Parte 1 de 3

Los bosques de ribera, bosques riparios o bosques de galería, son ecosistemas que se localizan en los márgenes de los ríos. Se consideran zonas de transición o ecotonosya que conectan el ambiente acuático y terrestre, por lo que cumplen funciones vitales para ambos ecosistemas. 
Bosque de ribera del río Pitillal, octubre 2015. (c) Gabriel Pérez

Las funciones y servicios ecosistémicos que nos proporcionan los bosques riparios son esenciales para el mantenimiento de diversas formas de vida, incluyendo la humana. Entre ellos se incluyen la estabilidad de los bancos, cuidado y regulación de la calidad del agua, provisión y mantenimiento de hábitats y diversos servicios culturales. La siguiente tabla, realizada por Adriana Flores-Díaz (2019) y publicada en el blog de la Red Mexicana de Cuencas Hidrográficas, es una recopilación resumida de las principales funciones y servicios asociados a estos ambientes.

Servicios ecosistémicos provistos por riberas y funciones ecológicas asociadas. Tomado de Flores Díaz, 2019.


Como se puede notar, los beneficios que recibimos de estos bosques son diversos. Para conocer mejor algunos de ellos, los abordaremos en una serie de tres entradas de este blog. En esta primera entrega, conoceremos qué son los bosques ribereños, cuál es su importancia como hábitat para especies acuáticas y terrestres y cuáles son sus principales amenazas.

El bosque ribereño
Los bosques de ribera son asociaciones de árboles y otras especies de plantas que se encuentran distribuidos heterogéneamente a lo largo de los ríos formando "bandas" o franjas. La localización de las especies vegetales en estas bandas, depende de la topografía y sus necesidades de humedad y resistencia a inundaciones periódicas. Recordemos que los ríos son sistemas totalmente dinámicos, que tienen variaciones continuas en la cantidad de agua, la velocidad de su flujo o caudal, así como la periodicidad en la que registran estos eventos. 

La composición de especies de estos bosques varía de acuerdo al clima en el que se localizanDe acuerdo con la clasificación de tipos de vegetación del botánico Rzedowski (1978) mostrada en la tabla siguiente, los bosques de ribera suelen incluir árboles como álamos (Platanus, Populus), sauces (Salix), ahuehuetes (Taxodium), guamas (Inga) entre otras especies. Algunos de estos árboles tienen follaje perenne  o parcialmente deciduo y pueden alcanzar hasta los 40 m de altura. Otra vegetación presente en estos ambientes incluye plantas trepadoras y epífitas. Algunas especies riparias tienen la capacidad de colonizar de manera rápida áreas expuestas o bancos de grava. 
Los bosques de galería se encuentran clasificados como vegetación acuática y subacuática de acuerdo con la clasificación de Rzedowski (1978). Tabla tomada de Anexo 3.1 La diversidad biológica de México: Estudio de País, CONABIO 1998.



La vegetación arbórea común de los bosques riparios de nuestra región incluye sauces (Salix), huizaches (Acacia), parotas (Enterolobium cyclocarpum), achichiles (Astianthus viminalis), guamúchiles (Phitecellobium dulce), guamas (Inga vera), y especies de higueras del género Ficus, por mencionar algunas. Seguramente has observado algunos de estos árboles en los bosques de galería de los ríos Mascota, Ameca y Pitillal que se encuentran en el municipio de Puerto Vallarta. [Si deseas conocer algunas especies de plantas de los bosques de ribera de México, consulta y descarga la guía Vegetación Ribereña que está disponible en el sitio web de ciencia ciudadana NaturaLista.]

Vegetación del bosque de ribera. Izquierda: sauces; derecha: una higuera. Río Pitillal, imágenes (c) Francisco Juárez.

Importancia como hábitat
La presencia de vegetación riparia en buen estado crea condiciones ideales y heterogéneas que constituyen el hábitat de diversas especies acuáticas y terrestres. Los grandes árboles proporcionan un mosaico de sombra y luz en los ríos, que disminuye la temperatura del agua y favorece el establecimiento de numerosas especies. La hojarasca, ramas y troncos caídos, proporcionan escondites y sitios de desove y crianza para algunas especies de peces y otros organismos acuáticos, además de aportar materia orgánica y nutrientes al sistema. Las raíces de los árboles retienen el suelo de las márgenes del río, evitando que esos sedimentos alteren la calidad del agua y se depositen disminuyendo la profundidad del cauce. 

Mantener la vegetación riparia en buenas condiciones es crucial para el mantenimiento de sus funciones y servicios ecosistémicos. Créditos en la imagen.
Los bosques riparios son ecosistemas que proveen áreas de reposo, anidación, refugio y alimentación para la fauna local y migratoria, incluyendo especies que se encuentran en alguna categoría de protección. En ellos podemos encontrar numerosas especies de invertebrados, aves, reptiles, anfibios y mamíferos. Como mencionábamos previamente, la configuración espacial en banda de estos bosques, permite que sean utilizados como corredores, favoreciendo el desplazamiento de las especies. Este proceso es prioritario para mantener la conectividad de las especies y la biodiversidad, especialmente en sitios fragmentados

Beneficios de la vegetación de zonas riparias. Modificado. Créditos en la imagen.

Algunas especies de fauna registradas en el bosque de ribera del río Pitillal. Créditos en la imagen. Algunas fotografías fueron recortadas.

Amenazas
Desgraciadamente, los bosques de ribera de nuestro país se encuentran amenazados por actividades humanas que los afectan de manera directa e indirecta. El represamiento de los ríos y sus modificaciones, la extracción de agua para riego, la contaminación del agua por el vertido de aguas agrícolas y residuales, afectan la calidad y flujo del agua y con ella a los organismos presentes en estos ambientes. Por ejemplo, la reducción de caudales puede causar la muerte de los árboles por desecación, mientras que una fuerte avenida torrencial, puede ocasionar la destrucción física de los mismos.
El cambio de uso de suelo por actividades agrícolas desarrolladas en los suelos fértiles cercanos a los ríos, afecta la continuidad de los bosques de ribera y puede conducir a una pérdida total. Por otra parte, algunos ríos han sido modificados como producto de la expansión urbana, lo cual tiene consecuencias severas para estos ambientes. Algunas de las modificaciones más frecuentes son la disminución de su anchura, cortes de meandros, rectificación de cauces, obras para control de inundaciones (como bordos), construcción de caminos, entre otros. Estos cambios en la morfología de los cauces y sus bosques asociados, pueden ser devastadores, llevando a una pérdida total del bosque, su biodiversidad  y servicios ecosistémicos (incluyendo el control de inundaciones).


Las obras hidrúlicas como la construcción de presas y  modificación de los cauces de los ríos, afectan la estabilidad de los cauces y sus bosques riparios. Imagen tomada de Sendzimir et al. (2008)

El siguiente diagrama obtenido de un artículo científico publicado por Grizzetti y colaboradores en el año 2016 ilustra de manera sencilla, la complejidad que existe entre las causas (conductores) que generan presiones sobre los ecosistemas acuáticos y las diversas alteraciones que se producen en consecuencia. Como se puede observar, los ecosistemas ribereños son altamente complejos, por lo que las intervenciones que se realicen en ellos, deben considerar la mayoría de los elementos que interactúan dentro de estos ambientes, buscando minimizar los impactos negativos. 

Relaciones entre los conductores, presiones, estado del ecosistema y suministro de servicios ecosistémicos acuáticos. Traducida de Grizzetti et al (2016). 

En nuestra siguiente entrada hablaremos de la importancia de los bosques riparios en la mitigación de inundaciones, la purificación del agua y otros servicios ecosistémicos de regulación. Comparte esta información para que más personas conozcan la importancia de estos bosques y comprendan la importancia de su conservación y protección.

Autora: Eréndira Canales-Gómez, Laboratorio de Ecología, Paisaje y Sociedad, CUC-UdeG

Fuentes consultadas:
Catterall, C.P., Lynch, R.J., y Jansen, A.E. (2007). Riparian wildlife and habitats. En S. Lovett y P. Price (Eds.) Principles for riparian lands management (p141- 158). Australia: Land & Water.

Grizzetti, B., Lanzanova, D., Liquete, C., Reynaud, A. y Cardoso, A. C. (2016). Assessing water ecosystem services for water resource management. Environmental Science & Policy, 61, 194-203. doi:doi.org/10.1016/j.envsci.2016.04.008

Mendoza Cariño, M., Quevedo Nolasco, A., Bravo Vinaja, Á., Flores Magdaleno, H., De La Isla de Bauer, M. d. L., Gavi Reyes, F., et al. (2014). Estado ecológico de ríos y vegetación ribereña en el contexto de la nueva Ley General de Aguas de México. Revista internacional de contaminación ambiental, 30, 429-436.

Naiman, R. J., Decamps, H. y McClain, M. E. (2010). Riparia: Ecology, Conservation, and Management of Streamside Communities: Elsevier Science.

Naiman, R. J. y Latterell, J. J. (2005). Principles for linking fish habitat to fisheries management and conservation. Journal of Fish Biology, 67(sB), 166-185. doi:doi:10.1111/j.0022-1112.2005.00921.x

Poff, N. L., Allan, J. D., Bain, M. B., Karr, J. R., Prestegaard, K. L., Richter, B. D., et al. (1997). The Natural Flow Regime. BioScience, 47(11), 769-784. doi:10.2307/1313099


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