viernes, 19 de noviembre de 2021

Mensajeros de la lluvia: adaptación de los anuros

Puerto Vallarta, Jalisco a 18 de noviembre de 2021

Querido humano:


Ahora que ha terminado la temporada de lluvias en la bahía, me gustaría hablarte un poco acerca del papel que las ranas como yo y nuestros parientes los sapos interpretamos en nuestro medio, pues estoy segura que más de una vez nos has visto cruzar por tu camino. Permítenos presentarnos, nosotros somos los anuros, mejor conocidos como ranas y sapos y poseemos la cualidad de tener una vida doble, lo cual nos distingue del resto del mundo animal. 


Nuestra primera etapa de vida ocurre en el agua y al tener una transformación conocida como metamorfosis (un ejemplo son las mariposas, ¡conócelas!), nuestro desarrollo físico cambia de renacuajo hasta convertirnos en una agraciada rana como yo, o en un curioso sapo como mis parientes, dando así entrada a nuestra segunda etapa de vida rumbo a la tierra. Aunque nos vemos similares, hay características que nos distinguen, más adelante te hablaré un poco al respecto.


En general, tenemos patas traseras más desarrolladas para lograr dar esos saltos tan altos, nuestro cuerpo es pequeño y no poseemos una cola como otros animales, pero aun así, estamos diseñados para ser unos grandes exterminadores de plagas. No olvidemos que nuestro canto llamado “croar” es muy característico de cada especie, si llegas a escucharlo probablemente debe ser un macho en busca de una bella dama como yo y debes sentirte afortunado de ser parte de esta escena romántica. 


Nuestra importancia en la naturaleza es ser bioindicadores, esto quiere decir, que les ayudamos a ustedes los humanos a saber el estado de salud de todo un ecosistema, por medio de nuestro número de integrantes (población). Por eso, es importante que conozcan más acerca de nosotros y nos cuiden, porque sufrimos cambios de temperatura que afectan a nuestras casas, la luz intensa del sol está dañando nuestra delicada piel, algunos de nuestros familiares tienen enfermedades causadas por hongos y lamentablemente los hemos perdido.


Esa soy yo, Smilisca baudinii. La fotografía fue tomada cuando fui a visitar a los autores que me ayudaron a redactar. Salí bien.


¿Cómo nos adaptamos a los cambios en las condiciones ambientales? Como has visto, cualquier cambio en el entorno influye mucho en nuestra supervivencia debido a nuestra piel ultra sensible; los desafíos ambientales convierten la vida diaria de un anuro en un rally. Para ello, llevamos a cabo diversas estrategias, donde nuestro cuerpo y comportamiento reacciona en respuesta a una señal ambiental.

 

Por ejemplo, cuando el agua disponible en el ambiente es escasa, deja de llover y empieza a hacer mucho calor, algunos de nosotros podemos activar la capacidad de acelerar nuestro desarrollo. ¿Recuerdas que nuestra primera etapa de vida es en el agua? pues mientras seguimos siendo larvas, apresuramos nuestro crecimiento para no quedarnos sin ella y por si fuera poco, reducimos la posibilidad de ser depredados con mayor facilidad. El lado malo de usar esta carta es que como nuestro crecimiento fue precipitado, adquirimos un tamaño menor al promedio.


Pero esto no es todo, también tenemos la capacidad de disminuir el propio metabolismo y la actividad física haciendo la dormición (sí, algo parecido a lo que hacen los osos cuando hibernan), incluso llegamos a permanecer inactivos por ciertas estaciones o durante horarios diurnos, todo esto dependiendo si hace mucho calor.

Ranas pico de pato (Triprion spatulatus) teniendo un momento romántico en alguna alberca privada por allá en Boca de Tomatlán. Fotografía © fabrice82.

Te cuento que un día mi primo el sapo espinoso andino me llamó desde Chile y me platicó que logró demostrar que la concentración del azúcar plasmática en su cuerpo tiene un aumento notable cuando las temperaturas de cada año se encuentran entre los 0 y los -1,6°C. Entonces, ¿puedes creer que importantes reguladores del metabolismo de carbohidratos en anuros varían con la temperatura en las diferentes épocas del año? ¡Es grandioso!

Y aquí una foto del presumido de mi primo Rhinella spinulosa, que está de viaje por Chile y disfrutando de un baño bajo la luna. Fotografía © Bernardo Segura Silva.


Déjame decirte que a pesar de las adaptaciones que hemos desarrollado para aguantar esos cambios locos que se dan en la temperatura, varios de nosotros tenemos una elección térmica para darle un impulso al retorno de energía, mientras que al alimentarnos, hacer digestión, absorción y asimilación por encima de estas tendencias el proceso le mete turbo, pero queda cansado.


Esto se escuchará de pelos, pero la yoga puede ayudarnos a salvar nuestro pellejo. Mi postura favorita es la “postura conservación de agua” y la adoptamos ante la deshidratación, únicamente colocamos el mentón y cuerpo sobre el piso y las extremidades debajo de este, para que menos superficie esté expuesta a la radiación solar. También las células responsables de la coloración de nuestra piel actúan como bloqueador y nos dan la ventaja de reflejar la luz en vez de absorberla.


Supongo que somos muy buenos para los retos, pues nuestras habilidades para adaptarnos reflejan el alto prestigio de los anuros, colocándonos la medalla de oro en diversidad y éxito de los anfibios. Sin embargo, mi familia es un poco complicada porque no muchos seres humanos saben identificarnos, es normal que exista la confusión entre sapos y ranas. Pero lo que sí es un hecho, es que la gran mayoría de nosotros somos totalmente inofensivos. Mi tatarabuela me ha contado mucho de mis otros parientes, así que déjame platicarte más sobre nuestra gran familia. 


Los herpetólogos, como se les conoce a los humanos que se dedican al estudio de nosotros los anfibios y nuestros amigos los reptiles, dicen que los anuros somos alrededor de 7,412 especies en 58 familias distintas. Pero no necesitas ser un especialista para poder diferenciar entre ranas y sapos. Permíteme ayudarte, es muy sencillo, te explico: las “ranas” somos más gráciles (finos y delicados), nuestra piel es bastante hermosa al ser húmeda y extremadamente lisa, claro nuestras extremidades son un poco grandes porque nos gusta saltar mucho y vivir en un medio acuático. En cambio los “sapos” son todo lo contrario, algunos dicen que ellos son más feos, porque tienen una piel seca y granulosa, cuentan con menor agilidad, extremidades cortas y son más gorditos. Aunque por supuesto, la belleza es subjetiva. Ellos prefieren vivir en el suelo porque consideran tedioso vivir en el agua, pero en mi opinión, en el agua la vida es más sabrosa…


Rhinella horribilis en una extraña posición. No dejes que los estándares eurocentristas  te dominen, él es muy guapo también. Fotografía © christopherhampson.


No escuches lo que las malas lenguas dicen de nosotros, desde nuestra identificación y clasificación hemos recibido tratos injustos. Debe quedar en claro que nuestros cadáveres disecados no traen buena suerte y los jugos hechos con nuestro cuerpo te darán de todo menos salud; nada de esto está comprobado. Tampoco te saldrán verrugas si nos tocas (pero por favor no lo hagas), ni te puedes embarazar de nosotros si te metes a un lago. Como te hemos platicado, nuestra piel es muy sensible y respiramos a través de ella, imagínate lo doloroso que es cuando nos echan sal o cloro... Puede que no lo veas a simple vista, pero estos prejuicios también afectan a la conservación de nuestra gran familia. Nos podremos adaptar a muchos cambios, pero no a la ignorancia humana.


Parece que el sapito Incilius mazatlanensis fue capturado, pero no, créeme que está en buenas manos… Fotografía © andyfdbi.


Por favor sigue participando en proyectos de comunicación de las ciencias biológicas para tomar conciencia e informar a la población, tal vez no somos muy lindos para ciertos ojos pero es un hecho que tomamos un papel muy importante en la naturaleza que te rodea. Esperamos te hayas maravillado con nuestras habilidades de adaptación y podamos verte seguido por este blog, ¡protege nuestro canto!


¡Conoce a nuestra familia residente de Puerto Vallarta! Para más información de cada familiar, haz click aquí. Imagen Collage tomada de la plataforma Naturalista.mx


Autores:

  • Smilisca baudinii alias rana arborícola mexicana.

  • Paloma Kristal Cruz Pelayo

  • Sofía Díaz Ramírez

  • América Abigail Ramos Cardoso

  • Gustavo Rosales Bañuelos

Revisión y Edición: Eréndira Canales-Gómez


Referencias bibliográficas


Aguillón-Gutiérrez, D. (2018). Mecanismos de adaptación ecofisiológica de anfibios anuros a zonas áridas. Árido-Cien, (2), 3-11. Disponible en: https://bit.ly/3HFFI9d
American Museum of Natural History (2021). Amphibian Species of the World 6.1, an Online Reference. Recuperado el 17 de noviembre 2021, de
https://amphibiansoftheworld.amnh.org/
Camargo, D. & Crawford, A. (2014). Evaluación de deshidratación y capacidad de reabsorción en Anuros en la Cordillera Oriental Colombiana. Universidad de los Andes. Disponible en: https://bit.ly/3kVrTcZ
Pough, F. H.; Andrews, R. M.; Cadle, J. E.; Crump, M. L.; Savitsky, A. H.; Wells, K. D. (2003). Herpetology: Third Edition. Benjamin Cummings. ISBN 978-0-13-100849-6.
Ruiz-Londoño, D., Manrique-Barros, S. & Triana, L. (2021). Panorama general de las adaptaciones metabólicas en el Orden Anura. TIP Revista Especializada en Ciencias Químico-Biológicas, 24, 1-11. http://132.248.60.101/index.php/tip/article/view/352/367
Toro, N., Giraldo, S., & Salazar, T. (2006). Reconocimiento de especies de anuros por sus cantos, en archivos de audio, mediante técnicas de procesamiento digital de señales. Scientia Et Technica, 7(32), 1-6. https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=84911652002.






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