sábado, 4 de diciembre de 2021

Mapache

Curiosos y carismáticos, con una banda negra sobre los ojos, cola anillada, cuerpo mayormente grisáceo o con tonos café... con la capacidad de pararse sobre sus patas traseras y con la destreza para controlar los dedos en sus manos para realizar acciones ingeniosas, así son estos mamíferos omnívoros de la familia Procyonidae

Mapache (Procyon lotor).
 Dibujo por A.N. Komarov.

Normalmente por el día descansan y al anochecer salen para iniciar otra jornada de arduo trabajo. Bajan de entre las ramas de los árboles o salen de algún espacio seguro cerca de algún riachuelo, manglar o cuerpo de agua. Esa la rutina de nuestros ahora vecinos con antifaz.

De forma silvestre irían en búsqueda de frutos, de esta forma -sin querer queriendo- ayudan a las plantas a distribuir sus semillas. También se alimentan de uno que otro animal de menor tamaño contribuyendo a controlar la abundancia de la especie animal que consumen.



Conoce más sobre nuestros amigos de antifaz.
Créditos de imagen: (c) Naturalia A.C.

¿Por qué el mapache cruzó la calle?

Los espacios entre la mancha urbana y las áreas naturales -incluyendo Áreas Naturales Protegidas como es el caso del Estero El Salado en Puerto Vallarta- son comúnmente zonas donde ocurren numerosas interacciones entre la vida silvestre y el ser humano. Creando encuentros cuando entre ronroneos, silbidos, gritos y gruñidos, los mapaches salen de las sombras atraídos por la vida nocturna y las oportunidades para conseguir diferentes tipos de alimentos de diferentes lugares; desde basureros, hasta pedir una mordida de taco a los comensales de los restaurantes.

Los mapaches de Puerto Vallarta son famosos en redes sociales.
Click aquí para leer la nota publicada por El Deforma.

Mucho se habla del progreso social, político y económico a pasos agigantados en el mundo durante el último par de siglos. Por supuesto, aquellos menos afortunados para entender lo que pasa alrededor suyo son los que más sufren y viven en la penumbra durante la era del progreso.

Nuestros pequeños amigos luchan por encontrar una forma para aprovechar la variedad de manjares a su alcance. Como ejemplos, hay testigos que afirman haber visto a una pareja de mapaches cruzar la calle agarrados de las manos y muchos otros testigos afirman ver mapaches queriendo cruzar calles aunque algunos de ellos perecen en el intento al ser arrollados por autos.

El atropellamiento es una de las causas comunes de muerte de los mapaches.
En esta imagen la Dr. Amanda Stronza realiza un homenaje póstumo a este mapache atropellado. 
  Click aquí para ver la publicación original y su maravilloso trabajo.
Síguela en Instagram: @amandastronza.

Cuando no se realizan acciones para que el reino animal sea tratado con respeto y aprecio, se crean huecos que se van llenando de excesos y suciedad, que enfermarán el mundo y a sus habitantes. ¡Pobres! tan valientes y aventureros son los mapaches, que están aprendiendo a sobrevivir cambios en su entorno, probando su suerte cada vez que dejan sus refugios para salir en busca del pan de cada día, entre el pan del día anterior del ser humano. 

Autor:  Luis Angel Perez Flores 

Revision y edición: Eréndira Canales-Gómez 

Para leer más:

Mapaches en Puerto Vallarta y por qué no debemos alimentarlos.

Literatura consultada

Prange, S., Gehrt, S. D., & Wiggers, E. P. (2004). Influences of anthropogenic resources on raccoon (Procyon lotor) movements and spatial distribution. Journal of Mammalogy, 85(3), 483-490.

Procyon lotor en HEPTNER, V. G.; SLUDSKII, A. A.: "Mammals of the Soviet Union". Vol. II, parte 1b:"Carnivores (Mustelidae and Procyonidae)". Vysshaya Shkola. Moscú. 1967. Ed. estadounidense de Robert S. Hoffmann; 2001. Smithsonian Institution Libraries y National Science Foundation. Washington D.C.. Facsímil electrónico. En inglés

Sieber, O. J. (1984). Vocal communication in raccoons (Procyon lotor). Behaviour, 90(1-3), 80-113.

Seimenis, A., & Tabbaa, D. (2014). Stray animal populations and public health in the South Mediterranean and the Middle East regions. Vet Ital, 50(2), 131-136.

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